El Evangelio de Mateo es un libro que está en la Biblia y nos cuenta sobre Jesús y sus enseñanzas. A continuación, aprenderemos sobre las historias del evangelio de San Mateo para niños más asombrosas.
Antes de esta historia: Mucho tiempo antes de que Jesús naciera, la gente esperaba a alguien muy especial, un Salvador que Dios había prometido. Estas personas vivían en un lugar llamado Israel y muchos tenían esperanzas y sueños sobre este Salvador. Es aquí cuando el Evangelio de Mateo tiene un importante papel.
Había una vez, hace más de 2000 años, en un lugar llamado Belén, un bebé muy especial que era Jesús. Jesús nació en un pesebre y un ángel le dijo a José, que era como un papá para Jesús, que este niño era el Hijo de Dios. ¡Imagínate qué sorpresa!
Cuando Jesús creció, empezó a enseñar a la gente sobre el amor y la bondad. Jesús escogió a doce amigos, llamados discípulos, para ayudarle.
Uno de los discípulos era Mateo, que antes cobraba impuestos y no era muy popular, pero Jesús lo eligió igual. ¡Eso nos enseña que Jesús ama a todos! Y el Evangelio de Mateo toma el nombre precisamente del discípulo Mateo. En él se recogen importantes enseñanzas y milagros de Jesús.
El Bautismo de Jesús
En un hermoso día, Jesús llegó al río donde Juan el Bautista estaba bautizando a la gente. Aunque Juan se sorprendió porque pensaba que Jesús no necesitaba ser bautizado, Jesús insistió en que debía ser bautizado para cumplir con lo que Dios quería.
Cuando Jesús salió del agua, algo maravilloso sucedió: el cielo se abrió, y el Espíritu de Dios bajó como una paloma, y una voz desde el cielo dijo: «Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia». Todos los presentes se asombraron con este momento tan especial.
13 Entonces Jesús vino de Galilea á Juan al Jordán, para ser bautizado de él. 14 Mas Juan lo resistía mucho, diciendo: Yo he menester ser bautizado de ti, ¿y tú vienes á mí? 15 Empero respondiendo Jesús le dijo: Deja ahora; porque así nos conviene cumplir toda justicia. Entonces le dejó. 16 Y Jesús, después que fué bautizado, subió luego del agua; y he aquí los cielos le fueron abiertos, y vió al Espíritu de Dios que descendía como paloma, y venía sobre él. 17 Y he aquí una voz de los cielos que decía: Este es mi Hijo amado, en el cual tengo contentamiento.
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Amar a todos
En una de sus muchas enseñanzas, Jesús compartió con la multitud una lección muy importante sobre el amor. Les dijo que no solo deberían amar a sus amigos y familiares, sino también amar a las personas que no les caían bien e incluso a sus enemigos.
Jesús explicó que deberían tratar bien a todos y orar por aquellos que los trataban mal, mostrando así una bondad similar a la de Dios.
43 Oísteis que fué dicho: Amarás á tu prójimo, y aborrecerás á tu enemigo. 44 Mas yo os digo: Amad á vuestros enemigos, bendecid á los que os maldicen, haced bien á los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen; 45 Para que seáis hijos de vuestro Padre que está en los cielos: que hace que su sol salga sobre malos y buenos, y llueve sobre justos é injustos. 46 Porque si amareis á los que os aman, ¿qué recompensa tendréis? ¿no hacen también lo mismo los publicanos? 47 Y si abrazareis á vuestros hermanos solamente, ¿qué hacéis de más? ¿no hacen también así los Gentiles? 48 Sed, pues, vosotros perfectos, como vuestro Padre que está en los cielos es perfecto.
Buscar primero el reino de Dios
Jesús, en su sabiduría, enseñó a la gente sobre la importancia de enfocar sus vidas en Dios. Les explicó que no deberían preocuparse tanto por las cosas materiales como la comida o la ropa. En cambio, lo más esencial era buscar primero el reino de Dios y su justicia. Jesús aseguró que, si hacían esto, todas sus necesidades serían satisfechas, recordándoles confiar en la provisión de Dios.
33 Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas.
La casa sobre la roca
Jesús, para ilustrar la importancia de escuchar y seguir sus enseñanzas, contó la historia de dos casas: una construida sobre roca y otra sobre arena. La casa sobre la roca, que representaba seguir las palabras de Jesús, se mantuvo firme ante las tormentas y las lluvias. En cambio, la casa sobre arena, como aquellos que no escuchan a Jesús, se derrumbó.
Esta historia mostraba la necesidad de tener una base sólida en la vida, basada en las enseñanzas de Jesús. Nos enseña que seguir las enseñanzas de Jesús brinda estabilidad y seguridad en la vida y sus palabras son como una roca fuerte que nos protege.
24 Cualquiera, pues, que me oye estas palabras, y las hace, le compararé á un hombre prudente, que edificó su casa sobre la peña; 25 Y descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y combatieron aquella casa; y no cayó: porque estaba fundada sobre la peña.
Jesús calma la tormenta
Una vez, Jesús y sus discípulos estaban viajando en un barco cuando de repente una gran tormenta se desató. Los discípulos, muy asustados, despertaron a Jesús, que estaba durmiendo. Con gran calma, Jesús se levantó y reprendió al viento y al mar, y la tormenta cesó inmediatamente. Los discípulos quedaron asombrados por el enorme poder de Jesús y su capacidad para traer paz incluso en medio del caos.
23 Y entrando él en el barco, sus discípulos le siguieron. 24 Y he aquí, fué hecho en la mar un gran movimiento, que el barco se cubría de las ondas; mas él dormía. 25 Y llegándose sus discípulos, le despertaron, diciendo: Señor, sálvanos, que perecemos. 26 Y él les dice: ¿Por qué teméis, hombres de poca fe? Entonces, levantándose, reprendió á los vientos y á la mar; y fué grande bonanza. 27 Y los hombres se maravillaron, diciendo: ¿Qué hombre es éste, que aun los vientos y la mar le obedecen?
La parábola del grano de mostaza
Jesús contó una parábola fascinante sobre un pequeño grano de mostaza. Este grano, aunque es uno de los más pequeños, cuando se planta, crece hasta convertirse en un árbol grande donde los pájaros pueden hacer sus nidos.
Jesús usó esta historia para enseñar cómo la fe, aunque puede empezar siendo pequeña en nuestros corazones, puede crecer y convertirse en algo grande y maravilloso en cada uno de nosotros.
31 Otra parábola les propuso, diciendo: El reino de los cielos es semejante al grano de mostaza, que tomándolo alguno lo sembró en su campo: 32 El cual á la verdad es la más pequeña de todas las simientes; mas cuando ha crecido, es la mayor de las hortalizas, y se hace árbol, que vienen las aves del cielo y hacen nidos en sus ramas.
La parábola de los dos hijos
En esta ocasión, Jesús contó la historia de un hombre que tenía dos hijos. Un día, el padre les pidió a sus hijos que fueran a trabajar en su viñedo. El primer hijo dijo que no iría, pero luego cambió de opinión y fue. El segundo hijo dijo que sí iría, pero nunca lo hizo.
Jesús utilizó esta historia para enseñar sobre la importancia de hacer lo que decimos y seguir la voluntad de Dios, no solo con palabras, sino con acciones. Es decir, las acciones son más importantes que solo las palabras.
28 Mas, ¿qué os parece? Un hombre tenía dos hijos, y llegando al primero, le dijo: Hijo, ve hoy á trabajar en mi viña. 29 Y respondiendo él, dijo: No quiero; mas después, arrepentido, fué. 30 Y llegando al otro, le dijo de la misma manera; y respondiendo él, dijo: Yo, señor, voy. Y no fué. 31 ¿Cuál de los dos hizo la voluntad de su padre? Dicen ellos: El primero. Díceles Jesús: De cierto os digo, que los publicanos y las rameras os van delante al reino de Dios. 32 Porque vino á vosotros Juan en camino de justicia, y no le creísteis; y los publicanos y las rameras le creyeron; y vosotros, viendo esto, no os arrepentisteis después para creerle.
La gran comisión
Después de resucitar, Jesús se encontró con sus discípulos en una montaña en Galilea. Les dio una misión muy especial, conocida como la Gran Comisión. Les dijo que fueran por todo el mundo y enseñaran a todas las personas sobre Él, bautizándolas en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Jesús prometió estar con ellos siempre, hasta el fin del mundo.
Esta fue la manera de Jesús de decirles que compartieran su amor y enseñanzas con todo el mundo. Esto nos enseña que Jesús quiere que compartamos su mensaje de amor y esperanza con todos y está siempre con nosotros, apoyándonos en nuestra misión.
6 Mas los once discípulos se fueron á Galilea, al monte donde Jesús les había ordenado. 17 Y como le vieron, le adoraron: mas algunos dudaban. 18 Y llegando Jesús, les habló, diciendo: Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra. 19 Por tanto, id, y doctrinad á todos los Gentiles, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo: 20 Enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado: y he aquí, yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén.
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